En torno al Trono de Hierro, la lealtad y el honor se encuentran en lo más alto de la pirámide
21-05-2011 |
Juego de Tronos

Hola de nuevo, alcayateros, una semana más os amenazo con comentaros una nueva serie de gran actualidad, puesto que se acaba de empezar a emitir en España: la denominada "Juego de Tronos".
Antes de nada os debo avisar, en mis anteriores aportaciones había visualizado todos y cada uno de los episodios de las series comentadas, pero en este caso, sólo he visto un par de episodios, los que se han emitido, pero ha sido tan grata mi impresión, que no he podido dejar pasar la oportunidad de hablar de ella esta semana.
Una vez hecha esa puntualización, toca hablar de la tierra de Westeros. En él, tienen lugar tres tramas argumentales que, aunque transcurren a kilómetros de distancia, están íntimamente relacionadas con el control del Trono de Hierro del Rey Baratheon.

Por un lado y en el Norte, tenemos la guerra interna por la corona que obliga al protagonista Eddard Stark (Sean Bean) a aceptar ser la mano derecha del Rey ante las reticencias de su esposa. Una petición que tiene lugar durante una festiva visita del monarca que acaba con el asesinato de un hijo de Eddard, Bran Stark, a manos de la Reina (Lena Headey, la Sarah Connor televisiva) y su hermano. A la vez que se sacude la firmeza del trono, también tienen lugar misteriosos ataques al otro lado del muro, al norte del continente. Una estructura que protege al reino de unas criaturas conocidas como Los Otros. Por último asistimos a los planes de los Targaryen para recuperar la corona, que pasan por unir en matrimonio a la princesa Daenerys con el salvaje Khal Drogo (Jason Momoa, el nuevo Conan).

Pero los que vengan buscando una historia de aventuras al uso ya se pueden quitar de la cabeza que esto no es Camelot. Por mucha fachada de espada y brujería que tenga Juego de Tronos, los personajes no dejan demasiado espacio a la acción o la magia. Desde el mismo Stark y sus ejecuciones sin piedad hasta los pervertidos Lannister, todos siguen una filosofía totalmente distinta a la nuestra, con unos valores que se asemejan a los de una Europa medieval anclada en su tiempo, y de ahí que sea tan difícil catalogarlos en un bando en otro.
En torno al Trono de Hierro, la lealtad y el honor se encuentran en lo más alto de la pirámide, lo que no varían son las formas de transgredirlos: conspiración, asesinato, chantaje... traición en definitiva, que es el pilar fundamental sobre el que se cimenta el trono que da pié a esta trama.

Lo que nos encontramos, por tanto, es un relato en toda regla de conspiraciones palaciegas en la mejor línea de Los Tudor o Yo, Claudio. Pero cualquier comparación va a parecer insuficiente ante la inmensidad que intenta abrazar esta adaptación. Y eso es básicamente, porque a diferencia de esas dos series, Juego de Tronos no está limitada por un marco histórico y geográfico real, sino que el argumento se desarrolla en un mundo ficticio. Es decir, a la complicada tarea de recrear correctamente un escenario de época hay que añadir la de contextualizar los hechos en un marco político e histórico desconocido por el espectador.
Y que conste que digo que "se intuye", ya que puede que con el primer visionado la avalancha de personajes y localizaciones logren abrumaros (abajo tenéis un árbol genealógico para despejar dudas). Pero se trata de un torrente necesario para crear esa sensación de unión a un conjunto formado por escenas sueltas protagonizadas por las diferentes familias, sobre todo cuando cuentas con las limitaciones de tiempo que impone la televisión. Realmente, esa precipitación es el único defecto que se le puede achacar a esta primera entrega. Un fallo que suponemos no tendrán el resto de capítulos una vez hechas las presentaciones de personajes.

Por su parte, al hablar del aspecto técnico de la produccion, Juego de Tronos
es impresionante, gracias a una fotografía y efectos que nada tienen que envidiar a superproducciones épicas como Las Crónicas de Narnia o El Señor de los Anillos, referente indiscutible de la puesta en escena, donde también se augura una venidera fiebre por la fantasía tratada con seriedad en la pequeña pantalla. Y desde luego, la puerta no se podría haber abierto de mejor forma. Zapp Brannigan
Lo mejor: casi todo...
Lo peor: demasiada información al principio, pero una vez que la asimilas... te fundes en la aventura.
Como siempre, aquí os dejo el trailer de la serie, para que lo disfrutéis: